Ángelus
Guardián
Ignis
Capítulo
2: Otro Mundo
Layo
Pocas veces había
escuchado sobre el país de Canterlot, no me llamaba ni la mínima atención, era
feliz donde vivía, en Texol; un país que me representaba, elegancia y fortuna,
aquí tenía de todo: fama, dinero, mi familia, mi hermanita que tanto quiero,
pero mi trabajo es por contrato, algo que yo decidí para viajar a todos los
lugares del mundo, ser el gitano más famoso y codiciado de la faz de Vinicia.
Desde que tenía
catorce años decidí entrar al circo Patherum de Texol, mis padres no estaban
muy convencidos por mis estudios y mi estilo de vida, pero les prometí seguir
estudiando y nunca perder la cordura. Y lo cumplí porque cada año me transfería
de colegio y de universidad, siempre que me cambiaba de país. Terminé mi noveno
grado en Texol. Luego me fui a Urim -un país que mezclaba la tecnología actual
con la época medieval, las armas aún eran espadas- ahí saque Bachillerato en
Ciencias y Letras, me gusta todo lo que tenga que ver con el área científica;
este lugar estuve trabajando para el circo Safim. Al año, fui a Creeder -un lugar donde solamente existe el
poder, tecnología y el dinero- ahí saqué mi carrera de Ingeniero Industrial
trabajando con el circo Tardumia, Luego regresé a Texol a empezar la
universidad con el circo Patherum otra vez.
Han sido varios
trámites a lo largo de mi vida, pero ha valido la pena. Ahora tengo que hacerlo
de nuevo a la universidad Del Monte, en Canterlot. Mi contrato dice que si un
Director me solicita, debo de ir ahí o si mi actual director renueva mi
contrato, este año no fue de mi agrado, pero no puedo hacer nada, esa fue mi
decisión hace seis años.
Ya tenía
preparadas las maletas, pero antes de irme al avión, pasé por la casa de mi
familia a despedirme y darles esperanzas que iba a volver. Cuando iba a tocar
el timbre sale disparada Lucía abrazarme.
-No te vayas hermanito, no quiero separarme de ti-dijo
mi hermanita en sollozos.
-Lo siento pequeña, pero es mi trabajo y me gusta, no
puedo hacer nada, pero te prometo visitarte-
Mi hermana a pasar
de sus diecinueve años y su rostro de una gran señorita de ojos acaramelado,
que se cuidada muy bien debido a que tenía un buen cuerpo y su cabellara lisa y
negra como la noche que siempre lo dejaba suelto; siempre la trataba de
pequeña, la protegía de todo y odiaba cuando los hombres la lastimaban solo por
aprovecharse de nuestra fortuna debido a que somos los hijos de los dueños del
viñero Sir, el más famoso y exquisito del mundo.
-Mi vuelo salé en cinco horas, me tengo que ir-le dije
a mi hermanita.
-Está bien Layo con cuidado, hay llamas cuando llegues
a Canterlot-
-No te preocupes hermanita-
-Que tengas buen viaje, hijo. ¿Llevas todo tu equipaje
y los papeles para la universidad?- reconocí la dulce voz consolador de mi
madre
-Si lo llevo, mamá- le conteste sonriendo, ella se
preocupada por mi bien estar y mi educación en la universidad, ella no quería,
al igual que yo, perder mis estudios de ingeniería.
-Buen viaje- dijo mi padre que estaba atrás de mi
madre
-Gracias-
-Hasta pronto hermanito-
-Hasta pronto- me despedí de ellos y me fui
directamente al aeropuerto.
***
Llegue a
Canterlot, era un país muy interesante con grandes edificios y frondosos
árboles, era una mezcla de la tecnología con la flora y fauna, no podía creer
que todavía había este tipo de ciudad. Este lugar no era nada comparado con
Texol, un lugar inferior.
-¿Qué opinas de Canterlot, joven Layo? -dijo una
extraña voz masculina- En tus veinte años, ¿Habías conocido un lugar como
este?-
-Es sorprendente, nada más, ¿Quién eres tú?- le
contesté con tono de orgullo.
-Soy Kalos, tu jefe-
-Es entonces usted quien me solicitó para venir a este
inmune país- le dije de tono burla.
-Claro que lo hice, aquí aprenderás modales- me
respondió sin que yo pudiera defenderme, mejor me callé y me dejó que lo
acompañara hasta el vehículo. El vehículo era una camioneta chevrolet modelo 90, no era a lo que estaba
acostumbrado, pero le hice ganas.
Miraba el paisaje
que era muy bello con las montañas verdes-cafés con su olor confortable, a esa
humedad que en pocos lugares se encuentran –una de las razones que le llaman a
Canterlot quinto pulmón del mundo- cada una de esas hermosas montañas tenían
formas muy raras -a una le encontré forma de cocodrilo era divertido- no me
quejaba del lugar. Nunca había visto el lado bueno de este pequeño país.
Observaba cada
árbol que pasaba, cada uno era totalmente diferente al anterior, unos eran
verde oscuro, otro altos y con tronco grueso, otros sin hojas, otros con
flores, otros torcidos y otros con espinas, me asombraba ver mucha diversidad
de vegetación en este país.
-¿Qué dices ahora de Canterlot?-
-Opino lo mismo, pero…es un mundo totalmente diferente
a lo que estaba acostumbrado-
-Espero que cambies de opinión-
-Lo dudo Kalos- mi orgullo nunca dejaba que me bajará
al nivel de él, no era de esas personas con quien yo me relacionaba. Mi nuevo
“jefe” era un hombre moreno, un poco más alto que yo y con músculo, ojos
acaramelados y cabello castaño oscuro
-Está bien- me contestó entre risas
A lo lejos vi un
domo enorme y con forma de nautilius con
varias entradas de madera y la principal era de dos navajas elaborados en
vidrio. El circo estaba muy iluminado con reflectores blancos que se movían de
lado. Me imaginé que el circo Wonderful Swords estaba en pleno espectáculo. Mis
oídos captaron voces que gritaban de
gozo, entre ellos niños, me reí sarcásticamente al pensar en esa
palabra, ¿Por qué las personas se metían a tener hijos? ¿Les gusta estar en
deudas por los colegios y por el alimento diario? ¿Estar atados a la
responsabilidad familiar? Yo, en realidad, no me llamaba la mínima atención.
A la par del domo
había un edificio muy alto -quince niveles y, de ancho, diez apartamentos.- Al
lado de esa estructura neoclásica había un estacionamiento para treinta carros,
pero entre ese al domo era uno enorme lleno de vehículos, el asfalto era gris y
las líneas que dividían a los vehículos eran blancas (aunque el color estaba ya
apagado por el exceso de aceite y humo negro). Atrás del edificio había un gran
terreno de área verde, se admiraba la diversa flora y fauna que rodeaba al
circo.
-Bienvenido a Wonderful Swords, tu nuevo hogar- me
dijo con mucha alegría Kalos cuando bajamos del auto y se le acercó una
señorita quien me llamó mucha la atención, era rubia con ojos azules, de baja
estatura, pero eso no importaría con tal de tenerla. Vestía muy elegante, una
falda gris con una blusa blanca y un saco de manga corta, traía tacones negros
no muy altos
-Gracias- le contesté observando a la joven
-Ahorita hay una función, tengo que ir a ver a los
actores, en especial, con tu nueva compañera, antes de mi crítica, Damatris te
enseñará tu apartamento- me contestó Kalos y luego se retiró para dirigirse al
domo.
-Hola, mi nombre es Layo- me presenté de modo seductor
a la joven.
-Buenas tardes joven, soy Damatris, la recepcionista
del circo-
-Impresionante, eres muy bonita ¿lo sabías?- le alagué
a Damatris.
-Gracias, pero no te ilusiones conmigo, que no ganarás
¿entendido?- me dijo con un tono enojado- aquí es su apartamento, sus llaves y
hasta pronto.-
-Gracias señorita-le agradecía a la joven- Disculpe,
¿quisieras salir conmigo?-me burlé de ella por la forma que me negó.-
-No gracias, estoy muy ocupada y Kalos quiere que
vayas al salón principal para presentar al elenco- me quedé más asombrado del
rechazo, pero la ignoré rápidamente y entré al apartamento.
El apartamento era
grande, con 4 habitaciones, una cocina, un mini comedor y una sala de estar,
para mí solo era muy grande mi casa. Era blanco el apartamento, ya era deber
mío velar por la decoración y administración; tenía una gran ventana que me
dejaba ver un panorama espectacular, se veía todo Canterlot. Hermoso la pintura
que pareciera que fuera pintado con óleo.
Empecé a
desempacar cuando presentí una mirada, cuando giré a ver quién era, solo vi una
cabellera de color castaño oscuro y escuché una puerta que se abría y se
cerraba a los segundos. Presentí que iba a cambiar radicalmente mi vida desde
este momento.